Empezando por el principio, me presento. Mi nombre es Esther Glez y soy hija de autónoma. Juré que no iba a vivir como mi madre… y no sé hacer otra cosa que emprender. Es mi pasión, mi vocación y una gran parte de mi vida. Me apasiona apoyar a otras mujeres en sus comienzos, algo que yo hubiera agradecido enormemente cuando, allá por el 2003, comenzaba mi andadura como emprendedora y futura empresaria con tan sólo 23 años, varios años de trabajo compaginado con la carrera a la espalda, mucha ilusión y muchas ganas… pero que no siempre son suficientes.

Y aquí me tenéis, emprendiendo y emprendiendo, a pesar de que hace 3 años viví un fracaso estrepitoso con el que fue mi bebé: MAGENTA CONSULTORÍA PROJECTS, un proyecto con 22 años de vida, que me dio muchas alegrías, muchos disgustos, y un aprendizaje inmenso que hoy me permite acompañar a otras mujeres en este apasionante —aunque a veces arduo— camino de la emprendeduría.

Tras 22 años de éxito empresarial, con sus luces y sus sombras, y tras realizar una gran inversión inmobiliaria para seguir creciendo, llegó el aciago 8 de marzo de 2020. El COVID se adentró en nuestras casas sin darnos cuenta y, con él, comenzó el fin de mi proyecto empresarial, ese que había ocupado prácticamente todos los ámbitos de mi vida.